Casi no llega la segunda oportunidad

En el último trimestre del pasado 2016 a los colombianos nos tocó vivir momentos históricos y a la vez desconcertantes en la historia del país.
En las fases finales de las negociaciones del proceso de Paz, la guerrilla de las Farc decidió celebrar su X conferencia en los llanos de Yarí, en la región de Caquetá, sería la última como grupo armado antes de formar un partido político.
Esta vez la conferencia fue abierta para la prensa, más de 800 periodistas pasamos por allí esa semana.
En la mitad de la nada y en pocas semanas se había construido un campamento gigante para albergar a miles de personas, tenía escenario para conciertos, sala de prensa, restaurantes, baños y una nueva gasolinera.
Cientos de guerrilleros convivían con toda normalidad entre familiares y prensa.

Durante varios días el secretariado de las Farc evaluó con parte de la guerrillerada lo decidido en la Habana antes de ir a firmar la paz. Este ya era el final.

Lloré de emoción al lado de guerrilleros rodeados de familiares que tras muchos años se acababan de reencontrar, mirábamos juntos las pantallas gigantes que mostraban a Santos y Timochenko desde Cartagena de Indias firmando la Paz. Me sentí muy privilegiado de vivir todo esto en ese lugar.
Volví a Medellín con cámara y computador dañados por la humedad del Caquetá, pero lleno de esperanza por lo que venía por delante, parecía que iba a llegar la hora de cierta normalidad.
Y NO. Pasada una semana de la firma en Cartagena, estaba programado un plebiscito para que el pueblo colombiano ratificara con su voto los acuerdos de Paz, casi todo Colombia asumió que ganaría el Sí. Y ganó el NO.
Y ahora qué? Nadie sabía qué hacer.

Pacíficamente la gente empezó a salir a las calles exigiendo la Paz. El 7 de Octubre, cinco días después del NO, hubo un gesto clave de la comunidad internacional, al nombrar al presidente Santos Premio Nobel de la Paz.
Durante el siguiente mes y medio se renegociaron los acuerdos y si se llegó a un acuerdo final.
El 24 de Nov en una cafetería de El Bagre a orillas del río Nechí, vi la transmisión de la nueva firma de la Paz, esta vez todo más austero y menos emocional.
Se firmó la Paz.

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