Gallos y Fandangos en Río Cedro

De lejos y de cerca, Río Cedro puede mirarse de muchas maneras. Parece un lugar sin tiempo, donde hace cien años podían ocurrir los mismos sucesos de esta mañana. De cerca, sin embargo, la algarabía permite ver lo sencillo y particular de toda la comunidad. Son habitantes negros, indios, mulatos, mestizos y zambos de Río Cedro, en Córdoba, en la costa caribeña de Colombia.

Se visten de fiesta con San Juan cualquier día de febrero, alaban a la Virgen, pelean con los gallos, bailan para sacudir el espíritu y aman el fuego como a un sol terrenal.

Pero allí no todo es dicha. Su región ha visto correr la sangre del conflicto armado colombiano y algunos hijos han abandonado el hogar para empuñar un fusil. El paraíso donde por primera vez tocaron el suelo los oriundos de Río Cedro es, con el mar a cuestas, lugar de paso de drogas y armas, otra tierra de nadie dentro de la geografía colombiana, donde sus habitantes enfrentan ese mismo tiempo que tantas veces parece no transcurrir.

Texto: Margarita Isáza V.